viernes, 8 de junio de 2012

sistemas de suspensión parte 7

3.2 Amortiguadores a Gas.

Estos amortiguadores a gas trabajan bajo el mismo principio básico que los hidráulicos, pero contienen en uno de sus extremos nitrógeno a alta presión (aproximadamente 25 bares).

Un pistón flotante separa este gas del aceite impidiendo que se mezclen. Cuando el aceite, al desplazarse el vástago, comprime el gas, esté sufre una variación de volumen que permite dar una respuesta instantánea y un funcionamiento silencioso. Los amortiguadores a gas además de amortiguar también hacen en cierto modo de resorte elástico, es por ello que este tipo de amortiguadores vuelven a su posición cuando se deja de actuar sobre ellos.



 


Los amortiguadores "de gas" en realidad no son "de gas", son hidráulicos y además vienen cargados con gas nitrógeno presurizado, esto significa que en lugar de quedar aire en las cámaras cuando sale el aceite hay gas nitrógeno.

Las ventajas que el gas proporciona son:

Evita que se formen burbujas: Las burbujas se forman cuando el amortiguador trabaja intensamente y disminuyen gravemente las funciones del amortiguador.

Incrementa la velocidad de retorno: Disminuye el tiempo necesario después de un brinco para que la llanta haga contacto con el pavimento.

Estas ventajas resultan en un mayor control sobre la dirección y frenado del vehículo.

La única desventaja de los amortiguadores presurizados con gas es que son más "rígidos", la suspensión de su vehículo se vuelve más "dura".

Estos amortiguadores son muy recomendables para vehículos que se utilizan intensamente o que frecuentemente salen a carretera.

El momento de cambiar un amortiguador puede ser algo subjetivo y relativo a sus costumbres de manejo y uso del vehículo.

Por ejemplo una persona que utiliza su vehículo en carretera con carga es mucho más sensible a un amortiguador en mal estado que alguien que utiliza un vehículo muy ligero en ciudad para distancias cortas.

Las reglas que sugieren los fabricantes de amortiguadores para cambiarlos son cuando se dan una o más de las siguientes condiciones:

Cuando las llantas se están desgastando de manera irregular sobre todo en el centro del dibujo.

Cuando hay excesiva inclinación en el frenado.

Bamboleo u oscilación inestable.

Inestabilidad en curvas.

Daños en el amortiguador: Golpes, bujes (hules) desgastados o resecos, pistones torcidos, fugas de aceite, corrosión (oxido), etc.

Los amortiguadores se desgastan en:

Las válvulas se desgastan por la fricción del aceite, ocasionando que el amortiguador se "aguade" (el aceite fluye de una cámara a otra con poca o ninguna restricción), disminuyendo su eficacia. Esta condición puede ser difícil de diagnosticar ya que el amortiguador se ve físicamente bien en su exterior (si está limpio parece nuevo) pero su interior ya no funciona correctamente.

Los sellos (retenes de aceite) se dañan y/o desgastan, ocasionando perdida de aceite, esta condición es fácilmente revisable, visualmente el amortiguador se ve "bañado" en aceite.
 
Los bujes (hules) están desgastados, rotos, muy resecos o dañados de cualquier manera. El amortiguador sufrió impactos por piedras u otros objetos.

En general los amortiguadores NO SON REPARABLES y cuando le ofrecen unos amortiguadores "reconstruidos" son usualmente amortiguadores usados a los que a veces se les cambió el aceite y se pintaron. Los desgastes en las válvulas son irreparables y no funcionan adecuadamente. Si no quiere invertir en cambiar sus amortiguadores es mejor esperar un poco que tirar el dinero comprando otros iguales a los que ya tiene.

Si puedes consultar la siguientes direcciones observarás como funciona un amortiguador y como cambiarlo.



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